Procesos II. Un contexto histórico.

Escrito el 31/05/2022
Comité Olímpico Colombiano

La economía en el manejo del tiempo resulta ser la categoría sobre la cual se estatuyen las condiciones de rendimiento y ganancia, en términos de competitividad industrial; condiciones éstas que desde la perspectiva del deporte resultan determinantes en el escenario de la alta competencia.



Foto: Correspondencia de Prensa.

Fabio Alfredo Navarro Pasquali

Filósofo de la Universidad Nacional, Abogado de la Universidad Libre de Colombia, Especialista en Filosofía del Derecho y Teoría Jurídica de la Universidad Libre, Magíster en Historia de la Pontificia Universidad Javeriana.

Edward Palmer Thompson historiador  británico, incluyó en su obra Tradición, revuelta y conciencia de clase. Estudios sobre la crisis de la sociedad pre industrial, un texto que denominó Tiempo, disciplina de trabajo y capitalismo industrial, en el cual, como nota introductoria, plantea como noción de común manejo la transformación que entre los años 1300 y 1650 se opera en la percepción del tiempo.

Thompson destaca que para el desarrollo de sus planteamientos, no resulta significativo si el cambio anotado en tal percepción obedeció al auge  que a partir del siglo XIV tuvieron  los relojes, o a nuevas actitudes asentadas en discursos y prácticas puritanas. Lo cierto es que se produjo el cambio en la forma como el ser humano  en aquellas sociedades percibía el paso y la velocidad  del transcurrir de la vida cotidiana..

“El tiempo sideral, presente desde que empezara la literatura, se ha trasladado en un solo movimiento, de los cielos al hogar. La mortalidad y el amor se sienten con más intensidad mientras “el lento avanzar de la manecilla en movimiento cruza la esfera”” (Thompson, 1979. p. 240)

La intensidad que afirma Thompson para los hechos de la vida cotidiana ya no están ocultos en el paso anónimo y sin referentes del tiempo. Ahora son medibles, calculables, fraccionados en horas, minutos, segundos con la firme  intención de lograr su utilización racional, en términos de producción, en una nueva forma de vida anclada desde luego en premisas de orden económico.



Edward Palmer Thompson.

Thompson se pregunta por los cambios que se introdujeron en el trabajo como actividad del hombre en términos de producción, a partir de la reconfiguración del concepto tiempo, teniendo como referente de tal interrogante un tipo de sociedad industrial de la cual el autor afirma premisas a partir de las cuales es dable entender un orden diferente generador  incluso de “una nueva naturaleza humana”.

Esa naturaleza humana, sobre la cual advierte Thompson, es el hombre que se relaciona con la máquina en el contexto de la sociedad capitalista, cuyo horizonte de tiempo o, mejor, de tiempos, está dirigido a alcanzar niveles de producción exigidos por el mercado, es decir, la noción del tiempo se da en el contexto de aquella sociedad en términos de la relación hombre–máquina–producción.

Medir el tiempo es una forma  que el hombre establece para relacionarse con el entorno, ordenando sus múltiples actividades  según la importancia que él o su comunidad le asignaran a cada una de ellas. El autor señala en ese sentido, que en las labores del campo, una comunidad originaria disponía, según nuestra apreciación horaria, entre las cinco y cinco treinta de la mañana, para llevar a los bueyes al lugar de apacentamiento, y media hora más tarde soltar las ovejas.

Lo anterior resulta significativo, si se tiene en cuenta que, tales actividades se realizaban sin que existieran consideraciones dadas por el uso del reloj, por determinaciones comerciales o de mercado, sino que era una relación directa del hombre con  su entorno natural. En otras palabras, había que soltar las ovejas para que hicieran lo suyo en los campos y el hombre pudiera dedicarse a otros menesteres.

Este tipo de análisis no resulta gratuito en el trabajo de Thompson, porque lo que pretende es establecer una línea divisoria entre las diversas formas de captar  el tiempo y entrever desde esa perspectiva el significado profundo por contraste de tal asimilación en el entorno “reciente” de la sociedad industrializada:

“Naturalmente, una indiferencia tal ante las horas del reloj sólo podía ser posible en una comunidad de pequeños agricultores y pescadores, con un armazón  mínimo de comercialización y administración, y en la cual las tareas cotidianas (que pueden variar desde pescar a labrar la tierra, construir, remendar las redes, bardar, hacer una cuna o un ataúd) parecen revelarse ante los ojos del labrador por la lógica de la necesidad.”  ( Thompson. 1979. p. 244.)

La economía en el manejo del tiempo resulta ser la categoría sobre la cual se estatuyen las condiciones de rendimiento y ganancia, en términos de competitividad industrial; condiciones éstas que desde la perspectiva del deporte resultan determinantes en el escenario de la alta competencia.

En el texto Un mundo desincronizado,  Daniel Innerarity  plantea el juego de los tiempos como factor fundamental para determinar los alcances de las distintas sociedades, esto es, desde la perspectiva que se trae entender que las sociedades de mayor alcance industrial tienen un control de los tiempos que habitan y por consiguiente un marcado predominio sobre otras. Refiriéndose a los tiempos desiguales señala:

“El mundo actual se describe mejor advirtiendo que el ciberespacio convive con la edad de piedra…” (Innerarity, 2008. p. 10. )

La economía del tiempo surgida en la incipiente sociedad industrial de lejanos siglos, se erige a hoy como factor fundamental diferenciador para el logro de posicionamiento y resultados deportivos, lo cual no significa que los términos de la alta industria no estén al alcance de buenos deportistas de sociedades cuyos tiempos no estén sincronizados con la gran industria. 

Próxima  edición: Del tiempo industrial al rendimiento deportivo.