Personajes. La huella de Víctor Yuto Díaz

Escrito el 31/05/2022
Comité Olímpico Colombiano

En los años setenta del siglo XX se destacó una generación de entrenadores de voleibol, en Colombia, que empezaron a sembrar las bases para el desarrollo actual de este deporte. Uno de ellos, de gran protagonismo en la historia de este deporte, fue el cundinamarqués Víctor Manuel Yuto Díaz, a quien recordamos.



El entrenador Víctor Yuto Díaz (q.e.p.d.), izquierda, felicita al ciclista Lucho Herrera, al regreso como campeón de la Vuelta a España, en 1987.

Por Alberto Galvis Ramírez

Director Revista Olímpica y secretario de la Academia Olímpica Colombiana.

 

Víctor Manuel Yuto Díaz, uno de los más importantes técnicos del voleibol colombiano de todos los tiempos, nació en Arbeláez, Cundinamarca, el 12 de enero de 1939, en el hogar de Víctor Emilio Díaz y Lucila Bautista.

Yuto Díaz estudió la primaria en la escuela Pública de su pueblo natal y el bachillerato en el Colegio Carrasquilla y en la Escuela Militar, de Bogotá, y se recibió como bachiller en el Libertador, de Bosa.

Su deporte predilecto durante su época de estudiante de bachillerato fue el fútbol. Cuando llegó a la Escuela Nacional de Educación Física, ENAF, en 1958, conoció el baloncesto y se aficionó por el voleibol, que le daría un rumbo a su vida. Cuando, cinco años después, conformó el grupo de primeros egresados en Educación Física, ya era tan aficionado al voleibol, que además de jugar en segunda categoría, su tesis de grado se denominó Elementos de Didáctica y Metodología del Voleibol.

Una vez recibido como licenciado, fue nombrado Inspector de Educación Física de Cundinamarca, desde cuyo cargo adelantó una importante tarea de capacitación en los niveles escolares e intercolegiados, con recursos conseguidos en bazares, rifas y otras actividades. Tres años después falleció Alfonso París, director de Educación Física del Departamento, y Yuto Díaz pasó a ocupar la División de Educación Física, cargo en el cual duró 16 años.

Su dedicación y facilidad para conocer un deporte de alta técnica como el voleibol, lo condujeron por los campos de la dirigencia y de la dirección técnica. Fue simultáneamente presidente y entrenador de la Liga de Voleibol de Cundinamarca, en una época de nacimiento de esta disciplina en los años sesenta. No obstante este factor, su trabajo fue tan destacado, que en 1971, fue nombrado monitor del seleccionado femenino de Colombia que participó en los VI Juegos Panamericanos, bajo el mando del peruano Jorge Sato.

Luego de estos juegos, Díaz se vinculó a la Junta de Deportes de Bogotá y fue orientador de los seleccionados distritales de voleibol, con los cuales logró consolidarse como uno de los más importantes entrenadores colombianos.

Los resultados de Bogotá le permitieron ser entrenador nacional en torneos como el primer mundial juvenil al que asistió Colombia, en varones, realizado en Brasil, y también el primer femenino -al que debió renunciar 8 días antes por razones familiares-, finalmente dirigido por Francisco Chois, del Valle, en el que se obtuvo un importante octavo lugar.

Yuto Diaz conformó un selecto grupo de entrenadores de voleibol desde los años setenta, del siglo pasado, entre quienes se destacaron, además, Francisco Chois, Guillermo Martínez, Luis Eduardo Agudelo, José Luis Betancourt, Jaime Yepes, Arcesio Rondón Salas, Arturo Melgarejo, Rodrigo Canaval y Guillermo Montoya Callejas, entre otros.

Quebrantos de salud lo obligaron a retirarse de la actividad competitiva. Yuto Díaz contrajo matrimonio con la también docente Carmen Alicia Hernández, con quien tuvo cinco hijos, a saber: Jaime Augusto, médico veterinario, fallecido en 1993; Clarivel, bacterióloga; Néstor Rodrigo, Técnico Automotriz; Javier Enrique, contador, y Carolina, contadora.

Víctor Yuto Díaz falleció 22 de abril de 2020.



De izquierda a derecha, primera fila: Augusto Yuto Diaz, Luis Eduardo Agudelo y Jairo Romero, integrantes del cuerpo técnico de la Selecciones Bogotá, ramas masculina y femenina, durante el XXVIII Campeonato Nacional Categoría Mayores, en 1988.